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Esta es una historia escrita sobre la piel. En los años 80, José Luis Fernández Reboiras y Ana Muñiz fundaron una pequeña empresa que pretendía sumarse al boom de las prendas de piel. José Luis había conocido el producto y el mercado en Picusa de Padrón, Ana Muñiz los secretos de los talleres de costura. Eran los tiempos en que cada gallego llevaba prácticamente una cazadora (o un pantalón los más atrevidos o atrevidas) de napa, ante o double face.
El pequeño taller resistió las mareas del mercado y dio paso, ya a principios de este siglo, a una moderna factoría -Obradoiro de Confección- enclavada en los bucólicos terrenos de Rial de Lagoa en la parroquia de San Xián de Laíño. Una nave moderna que ha conjugado el desarrollo digital del sector con una de las mejores canteras de la confección en Galicia: las costureras de la comarca. El pasado se compenetró con el futuro. La artesanía abrazó la industria.
Casi medio siglo más tarde, Ana Muñiz ha trasladado su producción industrial a una nave de más de tres mil metros cuadrados en el polígono de Padrón y el Obradoiro de Rial se ha convertido en un centro dedicado por entero a las firmas de moda que buscan una calidad y un acabado avalado por años de tradición y buen hacer. Han cambiado los tiempos, la maquinaria y el proceso, pero el ADN sigue siendo el mismo.
El mercado de la piel forma parte de una industria, la del lujo, que apuesta por la perfección y la calidad. No puede fallar ni un detalle. El precio final debe verse reflejado desde el principio tanto en los materiales como en cualquier elemento que forme parte de un bolso o de una prenda de vestir.
Obradoiro de Confección hace ya años que tiene en su catálogo algunas de las mejores firmas no solo españolas sino mundiales y sus clientes han confiado en esa manera sobresaliente de saber fundir la sabia artesanía con un acabado industrial que se deja ver en cada uno de los productos singulares que salen del taller. Controles de calidad exhaustivos se comprometen a entregar un producto que debe alcanzar la excelencia. Ya pueden ser centenares en cada serie, cada uno de ellos ha sido mimado y fabricado con la pasión y el conocimiento, el ojo y el amor, que solo otorga el saber hacer.